A Rato le traiciona la tarjeta en el golf de La Moraleja


Los males nunca llegan solos. El que fuera padre del ‘milagro económico español’ de finales de los 90, Rodrigo Rato Figaredo, ahora acuciado por el escándalo de las tarjetas black de Caja Madrid, se encontraba hace unos días en el club de golf de La Moraleja, urbanización en la que tiene su residencia cuando, al ir a efectuar un pago, su Visa no pudo ser utilizada.
Cuando el camarero se lo comunicó al que fuera ministro de Economía durante ocho años en los Gobiernos de Aznar, la cara de extrañeza de Rato fue vista por todos los que se encontraban en las mesa del alrededor.
–“Señor Rato –explicó el camarero–, no es que tengamos ningún problema con su tarjeta, es que el datáfono del club no funciona”.
Las sonrisas de los que presenciaron la escena no parecieron hacer mucha gracia al interfecto, que decidió entonces recurrir al pago en efectivo.
Se da la casualidad de que no muy lejos se encontraba Matías Amat Roca, quien fuera mano derecha  de Miguel Blesa y que se gastó con la black la friolera de 395.000 euros, con especial interés en la compra de obras de arte sacro. Su probada afición a sacar dinero de los cajeros en efectivo lo llevó a sobrepasar los 85.000 euros.
Afirman los presentes que ni Rato ni Amat parecían especialmente afectados por el escándalo, sobre todo este último, que departía alegremente como si nada le hubiera ocurrido y se conduce con una cierta prepotencia del que se siente seguro y acaudalado. Pero claro, esto es en el club de golf de La Moraleja….

Isabel Pantoja cuelga el cartel de 'se vende'


Tiene en venta dos de sus casas más emblemáticas, La Pera y el chalet de La Moraleja, por dos millones y tres millones y medio de euros respectivamente. Un par de posibles compradores ya han visitado la vivienda de Madrid, de 800 metros cuadrados divididos en tres pisos y con vistas al campo de golf. “El problema del chalet es que se encuentra muy abandonado y necesitaría una reforma completa porque hay estancias muy deterioradas. Es una buena casa, sólo le falta chapa y pintura. Es muy posible que si baja el precio tenga comprador”, dicen. En cuanto a La Pera, donde vivió su historia de amor con Julián Muñoz, se ofrece a la venta con la posibilidad de segregar la parcela. Al menos así lo formula el intermediario. Por ahora, Isabel Pantoja tiene diez días para plantearse cómo los 1,1 millones de euros que adeuda y evitar así la cárcel.

ESPAÑA: Un entorno agradable (y muy exclusivo) para mejorar el ‘swing’


Cinco Dias / Un dato llamativo: solo entre el 20% y el 25% de los 6.000 socios del Club de Golf La Moraleja juegan al golf. ¿Por qué se gastan entonces el dinero en pertenecer a ese colectivo? Una acción cuesta hoy unos 35.000 euros, y hace unos años se llegaba a pagar más de 100.000. Su número, además, está limitado: no se crean nuevas plazas, sino que quienes deciden abandonarlas las venden. Solo pueden entrar en el recinto los poseedores de uno de esos preciados títulos, exceptuando a los hijos menores de cuatro años.

Isabel Etxamendi Moqueta, toallas limpias, televisiones, sofás y un spa esperan en el vestuario a quienes se van a la ducha.

Esa es una parte de la respuesta a la popularidad del club entre quienes no practican el golf: su exclusividad. La otra mitad de la explicación surge por sí sola tras un recorrido por sus instalaciones. Pistas de tenis, pádel y squash, piscinas exterior e interior, spa, gimnasio, salas de juego, dispensario médico, bar, restaurante, terraza... y unos vestuarios enmoquetados con televisión y sofás. Incluso cuenta con una casa aparte, adecuadamente alejada de la sede social, para acoger a los niños y mantenerlos ocupados.

Volviendo al golf, basta con mencionar que tiene cuatro campos de 18 hoyos, uno de ellos (el número 3, obra de Jack Nicklaus) elegido este año por la revista estadounidense Golf Digest como el segundo mejor de España, por detrás de Valderrama (Cádiz). Quienes lo han probado dicen que es una delicia.

Para los recién iniciados, sin embargo, suficiente trabajo supone concentrarse en cómo darle a la pelotita sin hacer un agujero en el suelo. Ni siquiera las indicaciones del experto profesor Manuel Montes permiten salir razonablemente airosos de la prueba. Esa es la primera lección que se aprende en este deporte: sin paciencia y perseverancia no se avanza ni un milímetro.