Annia Blanco Flores: ¡Atención, golfistas!


Annia Blanco Flores nació en la provincia de Matanzas y es generosa y hospitalaria a más no poder. Claro, fuera del campo de golf. No se deje seducir o desarmar por su fácil sonrisa y atractiva figura. En cuanto comienza a hacer su experto y muy técnico backswing, ya se sabe adónde va a ir a parar la pelota.

Puede que yo logre tiros casi perfectos y que la pelota que yo lance recorra más de 250 metros. El único problema es que nunca sé cuándo esto puede suceder. Todo parece ser cuestión de suerte y mis mejores tiros suceden a menudo después de tomarme un par de cervezas durante el juego.

Annia, por el contrario, es “deprimentemente” estable (si ella es su contrario en el juego). Si no, pregúntenle al embajador británico en Cuba, Tim Cole, que se pasó toda la mañana durante el Torneo de Golf Habanos 2013 de un lado a otro del campo, pasando más tiempo en la arena que un niño en la playa, mientras que Annia tuvo un resultado de 74 sin esfuerzo alguno.

Pero nos estamos adelantando. Annia no es una joven prodigio del golf. Ni siquiera sostuvo en sus manos un palo de golf hasta que tuvo veintitantos años. Lo realmente gracioso es que al principio el golf le pareció aburrido. Deportista desde niña, durante muchos años practicó ciclismo en la Escuela Superior de Deporte de Alto Rendimiento Cerro Pelado en La Habana.

Sin embargo, no pasó mucho tiempo para que al jugar en el campo de nueve hoyos del Golf Club de Capdevila, conocido como “El Golfito”, empezara a ganarles a todos los jugadores masculinos. Coco, un viejo caddie cubano de antes de la Revolución, fue uno de los primeros en reconocer su talento, que fue cultivado primero en Cuba y luego en el Professional Golfers’ Career College de Temecula, California, en EEUU, siendo la primera cubana en cursar estudios formales de golf, graduándose con honores en 2004.

En esa escuela, aprendió no solo a jugar al más alto nivel, sino también a impartir clases, organizar torneos y hasta diseñar campos de golf. De hecho, cuenta que uno de sus sueños es abrir una academia de golf en Cuba para transmitir sus conocimientos y ayudar a desarrollar este deporte en la Isla.

Pero volvamos atrás, pues no está faltando un capítulo de su vida. Después de graduarse en Los EEUU, se convirtió en la primera golfista profesional de Cuba. Ha competido en torneos en todo el mundo: México, España, Estados Unidos, Malasia, Escocia, Sudáfrica, Francia… En Cuba, ha ganado el Torneo de la Hispanidad tres veces y la Copa Montecristo de Varadero, Cuba, que ha ganado en dos ocasiones, la segunda jugando en la categoría de los hombres. Fuera de Cuba, ha ganado el Lady Golf Tour y el Audi Golf Tour, dos veces cada uno.

Y cuando cierra los ojos, sueña con representar a Cuba en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro de 2016, cuando el golf hará su debut. Si estuviera en sus manos, espere verla allí, pues como ella dice: “El 99 por ciento del golf es mente”, y en la mente de Annia hay una firme voluntad sin espacio para la duda.

Al despedirme de ella en el campo, se vira y me dice riendo: “Te lo dije, ¡lo mío es el golf!”. 



El pasado 31 de mayo de 2014 falleció Juan Domínguez. Juan estaba casado con Annia cuando ella empezó a jugar golf y desde entonces nunca dejó de apoyarla y alentarla. Juan sentía un orgullo infinito cuando hablaba de los éxitos cosechados por Annia en el campo de golf a través de los años. Juan era una maravillosa persona a quien, todos los que lo conocimos, echaremos muchísimo de menos.  Que en paz descanse.

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