El abogado Ricardo Pradas defiende que las indemnizaciones millonarias en Novacaixagalicia eran totalmente legales


Acaba de concluir la primera sesión del juicio por las indemnizaciones millonarias que cobraron los directivos de Novacaixagalicia José Luis Pego, Javier García de Paredes, Óscar Rodríguez Estrada y Gregorio Gorriarán. A todos ellos se les acusa de apropiación indebida y administración desleal y alternativamente de delito de estafa y les piden tres años de cárcel y la devolución de lo percibido. También se sientan en el banquillo de los acusados Julio fernández Gayoso y el abogado Ricardo Pradas Montilla, que, según las fiscales del caso, fueron los cooperadores necesarios para la comisión de los delitos. Ninguno de ellos se declaró culpable, al contrario de lo que había ocurrido en el caso de Caixa Penedés.
En primera fila, ante el polémico juez Alfonso Guevara, se sentaron los seis encausados pero en esta primera sesión sólo se le tomó declaración al abogado Ricardo Pradas. Declaró durante más de tres horas. Respondió a todas las preguntas que le hizo la fiscal Pilar Melero, a quien corrigió en repetidas ocasiones sobre conceptos basicos de legislación laboral y financiera. Entre los encontronazos dialécticos que ambos protagonizaron, destaca un rifirrafe que tuvo de árbitro al juez. Ocurrió cuando el ministerio público trató de demostrar que los directivos intentaron aprovecharse al capitalizar (cobrar de una sola vez) el importe estipulado por las prejubilaciones, en lugar de recibirlo mensualmente. Para ello la fiscal advirtió que otro directivo, Ángel López Corona, había cobrado una indemnización de más de dos millones de euros pero en tres plazos, entendiendo que esta fórmula no era la de la capitalización. Pradas negó la mayor y, ante las repreguntas de las fiscales, el juez respaldó al acusado. 
El asesor jurídico mantuvo que las prejubilaciones no son una cláusula de blindaje, sino una liquidación por prejubilación, «y si se me condena por ello, que venga Dios y lo vea». «Las indemnizaciones son unas cantidades compensatorias por la pérdida de un empleo por una causa justificada», subrayó Pradas, para luego sostener que si el cobro de esas mismas cantidades se hubiese ejecutado mes a mes no se hubiese generado escándalo social.
En varios momentos del interrogatorio Pradas quiso dejar constancia de que él no era «el cerebro de nada, el ideólogo de nada» y que se limitaba a asesorar a la entidad en lo que le preguntaba. Añadió además que nunca representó a ninguno de los encausados, «aunque en algún escrito presentado en la causa diga que yo fui asesorando al señor Pego al Banco de España». Aseguró con contundencia que tal afirmación no era cierta, y que él no había firmado ese documento.